lunes, 2 de julio de 2012

"San Juan de Ávila, evangelizador de Jaén y Doctor de la Iglesia", por Fco. Javier Díaz Lorite

Reliquias del Santo en Baeza
Para la Iglesia diocesana de Jaén es un regalo de Dios haber contado entre sus más insignes evangelizadores con un sacerdote secular, San Juan de Ávila, que va a ser declarado el 7 de octubre de 2012 por el Papa Benedicto XVI Doctor de la Iglesia Universal.

Doctor de la Iglesia
En los casi 2000 años de historia de la Iglesia, sólo se le ha otorgado el título de Doctor Universal a 33 cristianos, entre ellos a 3 españoles: San Isidoro de Sevilla, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Esto nos da una idea de la importancia que supone ser declarado Doctor de la Iglesia Universal.
Al declarar Doctor a San Juan de Ávila la Iglesia lo presenta como luz para el Pueblo cristiano y para todos los fieles de todos los tiempos. Declara que su doctrina es eminente y digna de estudio por la profundidad con la que se ha adentrado en los misterios de nuestra fe y la singular forma evangélica en que la ha transmitido. También nos indica que esta doctrina predicada por el Maestro Ávila ha sido vivida de manera ejemplar, de modo que su doctrina y vida han sido y siguen siendo alimento y ejemplo perenne para todo el Pueblo de Dios –laicos, consagrados, sacerdotes, obispos, etc-.


Biografía
San Juan de Ávila nace en almodóvar del Campo (Ciudad Real) en 1549 o 1500, en el seno de una familia acomodada. Sus padres lo envían con 14 años a estudiar Leyes (Derecho) a Salamanca, lo propio para los de su clase y condición. A los tres años descubre que ese no es su camino. De vuelta a su pueblo a los 17 años, se dedica a la oración, caridad y búsqueda de la voluntad de Dios. El joven de 20 años marcha ahora para hacerse sacerdote a Alcalá de Henares, la gran universidad del renacimiento español. Allí descubre que su sacerdocio lo va a ejercer como misionero en el recién descubierto Méjico. Espera el barco en Sevilla sólo con la Biblia en la mano y su celo apostólico. Su herencia, una mina de plata, la ha repartido entre los pobres de su pueblo. Será para siempre un cura que vive de la caridad.
No va a América porque la voluntad de Dios, expresada por medio del arzobispo de Sevilla, es que evangelice en la península. Pronto se convertirá en el Apóstol de Andalucía, y desde aquí, de Extremadura, España y el mundo, acrecentando su influencia, a través de todos los que lo van conociendo y tratando, hasta los más remotos rincones del mundo de su época llegando hasta nuestros días.
Evangeliza con su predicación y ejemplo Sevilla y pueblos limítrofes, especialmente Écija, donde vive varios años, y donde las envidias, calumnias, etc., lo llevan a la cárcel de la Inquisición de Sevilla. Después de casi dos años en espera de juicio, finalmente sale absuelto. El joven sacerdote de 32 años sale de la cárcel lleno del amor de Dios que se la ha manifestado especialmente en Cristo crucificado. La vivencia de este amor de Dios y lo que esto comporta será el eje de su vida, doctrina y acción caritativa. En 1534-35 pasa a Córdoba donde cuida enfermos, predica, y va concentrando su actividad formativa especialmente con los sacerdotes porque en ellos ve a todo el mundo. Hacia 1536 lo llaman para que evangelice en Granada, donde además de la acción pastoral hacia todos, influye en la universidad, organiza un colegio para que estudien los que van a ser clérigos y fomenta la vida en común de los sacerdotes, siendo él el primero en dar ejemplo de ello. Allí se convertirá San Juan de Dios tras oírle predicar, y le ayuda a la creación de hospitales y a su vida espiritual. También en Granada comienza a acompañar el proceso de conversión de san Francisco de Borja, que llegará a ser el tercer Prepósito general de los jesuitas.

San Juan de Ávila en Baeza y Diócesis de Jaén
San Juan de Ávila llega a Baeza en septiembre de 1539, llamado para pacificar la ciudad y crear una escuela para niños pobres y huérfanos. En 1542 fundará en esta ciudad la Universidad de la Santísima Trinidad para clérigos, tanto seculares como religiosos, que llegará a ser la tercera en Andalucía. San Juan de Ávila visita, colabora y potencia la acción caritativa en los hospitales de la ciudad, predica en plazas, iglesias y calles, enfatiza la procesión del Corpus y comunica la enseñanza del evangelio a niños, y éstos a su vez a los mayores, cantando las coplillas que el Maestro Ávila ha inventado conteniendo la doctrina cristiana. Su enseñanza llega a los pueblos vecinos, donde predica él y sus discípulos y todos los estudiantes de la Universidad. Esta Universidad será la niña de sus ojos. En esta ciudad vive 4 años, aunque con continuos viajes misioneros por las tierras de Jaén y andaluzas. Funda también Colegios Menores en Úbeda, Beas, Huelma, Cazorla y Andújar. Discípulos suyos fundaran otro en la Iruela. San Juan de Ávila tiene una gran presencia y acción pastoral en nuestra Diócesis. Es muy conocido no sólo en Baeza, sino en Jaén y Andújar. En estas tres ciudades declararán los testigos en los Procesos de Beatificación sobre sus grandes virtudes y santidad. La Universidad de Baeza ha enriquecido la vida espiritual y humanística de nuestra provincia durante tres siglos, pasando después a Jaén.

Apóstol de Andalucía y de toda la Iglesia
Desde 1545 hasta su retiro definitivo en Montilla por sus ya fuertes enfermedades en 1554 san Juan de Ávila seguirá extiendo el evangelio en Andalucía y Extremadura con su gran celo apostólico, colaborando en la transformación de los valores de la sociedad según los valores evangélicos y promueve la necesaria reforma de la Iglesia desde dentro exhortando a una vida que sea espejo de la Cristo y la de los apóstoles. A ello exhorta a Obispos y sacerdotes especialmente, por ser los que tienen que guiar al Pueblo de Dios. Sus armas son sólo su unión con Dios, y por tanto unión con su Palabra, a la que le dedica mucho tiempo de estudio y meditación, su vida ejemplar y coherente con lo que predica y siempre llena de amor para con todos, y su acción profundamente caritativa, tanto en el trato con cada uno, personalmente o por carta, tanto en la promoción de la acción social, formativa y caritativa, especialmente con los más desfavorecidos.
Desde la humilde casa de Montilla (1554-1569), San Juan de Ávila escribe cartas reconfortando a los que acuden a él en busca de consuelo y aliento espiritual en medio de dificultades de todo tipo: tanto del alma como del cuerpo, y también en busca de consejo, y esto por parte de laicos de toda clase y condición, religiosos, sacerdotes, gobernantes, prelados, etc. Desde Montilla también escribirá los decisivos Memoriales a Trento para la Reforma de de la Iglesia, tan necesitada de ella, y aprobará el camino de Santa Teresa de Jesús. El 10 de mayo de 1569 El Santo Maestro Ávila pasa al Padre Dios desde Montilla, donde se conservan y veneran sus restos mortales.

Doctor de la Iglesia
Pablo VI lo canonizó en 1970 y nos lo mostró como gran santo, siempre actual y moderno. Ahora Benedicto XVI lo declara Doctor de la Iglesia para que lo conozcamos, lo amemos, aprendamos de su doctrina y sobre todo sigamos su ejemplo.
Para toda la Iglesia de Jaén y gente de buena voluntad de nuestra tierra es especialmente un gran gozo haber tenido entre nosotros a San Juan de Ávila. Ahora nos queda dar a gracias a Dios por su enseñanza y vida y aprender de él el camino del Evangelio y las claves de evangelización de nuestra sociedad.

Francisco Javier Díaz Lorite